jueves, 21 de septiembre de 2017

Café con Adele



Podría ser un pequeño grupo de personas o un puñado de calles. Tal vez una sierra protectora o una torre vigilante. Quizá una luz sobre los campos o una sencilla melodía sobre las olas. Todos necesitamos algo a donde regresar, que no cambie, donde nos sintamos seguros, orgullosos. No hay mejor forma de expresarlo en música que con una chacona, cuatro compases (aunque sólo tres acordes) que se repiten desde el comienzo para mostrar lo invariable, lo conocido y amado.

Hoy tomaré el café con Adele, a la que los periódicos españoles habían hecho perder 68 kilos olvidando que en la isla no se llevan los kilos, sino las libras. En fin.





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